Empezar un blog así, de cero, esta siendo más difícil de lo que imaginaba. Después de mucho pensar en la palabra adecuada, o en cual de mis recetas tendría que poner en primer lugar, he decidido que pondré la receta que acabo de inventarme y escribiré lo primero que me pase por la cabeza, que es, ni más ni menos, lo que estoy haciendo ahora mismo.
Llevo meses documentándome en el mundo de los blogs de cocina por ocio y por deporte. Viendo que se hace aquí y allá y descubriendo un mundo de creadores y cocineros que se alejan bastante del tópico de la/los cocinillas. Esta investigación de campo no hizo más que retrasar las cosas, sin que yo me diese cuenta, vine, vi y dudé… me preparé con la fotografía (Moltes gràcies Gerard), me preparé con tecnología (Gracias a mi alemán querido) y me preparé con la documentación culinaria (gracias a todos los que habéis colaborado a ampliar mi biblioteca!). Pensé, incluso, en como colocar secciones inexistentes en el blog y en fin… me perdí, sin querer, en un mundo nuevo.
Ahora, con como única aliada la cámara maravillosa de mi Smartphone, me dispongo a hacer lo que tenia que haber hecho des de el principio: empezar cosas de la única manera que pueden empezarse, por el principio.
Y aquí estoy, abriendo la veda con una receta de otoño, con ingredientes de temporada, casi naturales, casi frescos y casi orgánicos. Y digo casi porqué la masa brisa o quebrada, francamente, no he tenido ni las ganas ni el temple necesarios para amasar en esta tarde de domingo. Seguramente quedaría mucho mejor un pastel otoñal trifásico con una masa quebrada como esta. Pero, sin ánimo de comenzar mi andadura blogger decepcionando, mi masa quebrada es una masa cualquiera, comprada en el súper, que da resultados más que dignos. Así que, a menos que tengáis ganas de ejercitar bíceps, no os cortéis con las masas comerciales, una quiche a tiempo te quita de muchos apuros sociales.
En esta quiche trifásica de otoño he mezclado calabaza con boniatos. Estos ingredientes tan naranjas y de temporada festiva (véanse Castanyada y Haloween) le dan un porte especial a la quiche. Y es que la calabaza es uno de mis ingredientes fetiche, tanto que me sirvió para empezar a trabajar con buenísimas recetas de blogs amigos que me quedaron más o menos así:
Para construir la quiche trifásica de otoño necesitamos:
– Una tarde de domingo sin prisa
– Las habilidades culinarias de un niño de preescolar avanzado
– Media calabaza (una si es pequeña)
– 4 boniatos medianos
– 3 patatas pequeñas
– 2 puerros
– 3 cebollas de Figueres grandecitas
– 3 o 4 clavos de olor
– Una nuez de mantequilla
– 5 huevos
– 1 masa brisa (o quebrada) redonda
– 1 molde redondo con cierta profundidad.
¿Cómo? Pelamos todos los tubérculos y la calabaza y ponemos todo en una olla a hervir con un poquito de sal y los clavos de olor hasta que este suficientemente blando para poderlo triturar.
Mientras tanto podemos encender el horno al 220º . Colocamos la pasta brisa en el molde usando el mismo papel que viene en el envase, que es perfecto para hornear, y teniendo cuidado de que quede una forma más o menos graciosa y redonda. Cubrimos esta masa con una nueva capa de papel de horno por encima. Se trata de pre hornearla durante 5 minutos para que quede más crujiente una vez coloquemos los ingredientes y no se hinche y desfigure. Lo normal seria colocar pesos de horno, que son unas bolitas de metal que alguien se inventó a tal efecto. Yo, que no tengo, me apaño muy bien poniendo por encima todos los cubiertos del cajón bien repartiditos sobre la masa.
Cortamos la cebolla y la freímos en la nuez de mantequilla, hasta que quede bien dorada y reservamos. Cortamos los puerros y reservamos en crudo rebañándolos un poquito en aceite para que no se quemen en el horno. Batimos los huevos y los reservamos también.
Machacamos la mezcla hervida con un pasapurés, tenedor o “minipimer” y añadimos los huevos mezclándolo todo muy bien. Una vez dorada la masa del horno se sacan los pesos (o los cubiertos) con cuidado de no abrasar ninguna dactilar.
Llegados a este punto, nos encontramos en la fase trifásica, valga la redundancia. Y esto va más o menos así: 1 colocamos la cebolla frita en la base de la tarta, repartida por toda la circunferencia 2. Colocamos la masa anaranjada de patata, boniato y calabaza 3. Repartimos el puerro por encima.
Todo esto al horno, a 220º durante unos 15-20 minutos. Y ya está listo mi primer post!
Gracias!
Felicidades por el recien nacido, Noe! Que guapo lo has pario! Ole!!
Y que hambruna me ha venido por la mañana. En cuanto tenga una tarde de domingo sin res… eeeh, prisa y me figure de donde sacar unas cebollas de Figueres, mas bien grandecicas: trifásico otoñal pal cuerpo!
Sigue asi!!!
Castru!
FELICITATS! Has creat un blog de cuina molt xulo!!
La quiche encara no l’he preparat, li passaré la recepta al JM perquè me la prepari 😉
Vaaaaa que ja toca penjar la segona!
Enhorabuena por la criatura. Es preciosa!!
Tengo una duda: lo de los pesos de horno no me ha quedado muy claro, y creo que seria muy “ilustrativo” una imagen de los cubiertos del cajón haciendo de peso, ¿No hay foto?
Besos enorme Noe.
BIENVENIDA A BLOGGILANDIA!!!
Y wellcome to the world, Sofritoblues 🙂
Te ha quedado rechulo.
Besines